See on Scoop.it – Revista Magnesia
El pasado mes de agosto el conjunto de la Selección Española de gimnasia rítmica demostró que, sí nos lo proponemos, podemos lograr aquello que se nos presenta como imposible
Estas seis chicas lograron hacernos soñar de nuevo con un podio en unos Juegos Olímpicos y, aunque no pudo ser, lograron la mejor posición de la rítmica española en unas olimpiadas desde el oro de Atlanta ‘96. Fueron cuartas y diploma olímpico; estas chicas deben sentirse orgullosas de su logro.
Tienen entre diecisiete y veintiún años, llevan practicando este deporte desde pequeñas y han demostrado que no se rinden. Las componentes del actual conjunto llevan juntas desde enero de 2011, cuando Lourdes, la benjamina, se incorporó al conjunto titular, pero todas llevan en la selección varios años.
¿Quiénes son las componentes?
Alejandra Quereda es la capitana del equipo, tiene veinte años y es de Alicante. A los seis años comenzó a practicar gimnasia rítmica en el club Jesús María CEU. En este club su entrenadora fue la misma que había entrenado a su madre. Entró en la selección en el 2008 y es titular desde el 2009.
Loreto Achaerandio comenzó a practicar este deporte a los seis años. Ingresó en la selección en 2004 y es titular desde 2009. Madrileña de veintiún años, llegó al CAR proveniente del Club Móstoles.
Lidia Redondo es una granadina de veinte años. Llegó a la selección en 2004 desde el Club Granada y es titular desde 2009.
Sandra Aguilar, del Club Móstoles llegó a la selección en el 2004. Esta madrileña de veinte años es titular desde 2009.
Elena López tiene dieciocho años, valenciana, lleva en la selección desde 2008 y se incorporó al conjunto titular en 2010.
Lourdes Mohedano es la benjamina del conjunto, tiene diecisiete años y llegó al CAR en el 2008 proveniente del club Liceo Córdoba. Practica la gimnasia rítmica desde los seis años y es titular desde 2011.
El largo camino a los juegos Olímpicos de Londres 2012
Las primeras incorporaciones a este conjunto llegaron en 2009. Ese año Loreto Achaerandio, Sandra Aguilar, Alejandra Quereda y Lidia Redondo pasaban a formar parte del conjunto titular, un año después lo haría Elena López. A finales de 2010, por diversas causas, se quedan sin entrenadora y seleccionadora, por lo que la preparación de los nuevos ejercicios se retrasa cinco meses, algo que, sin duda, las perjudica de cara a las competiciones internacionales; el resto de selecciones ya llevaban trabajando en los ejercicios durante estos cinco meses. En enero de 2011, Anna Baranova regresa como seleccionadora, y Sara Bayón como entrenadora. Este mismo mes se incorpora la última de las gimnastas titulares: Lourdes Mohedano. Las chicas, por fin, pueden comenzar a prepararse en condiciones para la nueva temporada. Sin embargo, el retraso de cinco meses que llevan les pasa factura en las competiciones; no están al cien por cien de sus posibilidades.
El punto de inflexión llegó con la primera prueba de fuego: el mundial de Montpellier, clasificatorio para los Juego Olímpicos de Londres. Debían quedar entre las seis primeras posiciones para lograr la clasificación directa, la otra opción, y la última, sería el preolímpico. Un fallo en el ejercicio mixto las dejó fuera de la clasificación directa.
De este modo llegó enero y el preolímpico, donde demostraron de lo que son capaces, y de que, desde ese momento en adelante, el conjunto español iba a ser un rival difícil de batir. Iban a pelear. Primeras clasificadas y medalla de oro, toda una declaración de intenciones con miras a los JJ.OO.
Desde ese momento el ascenso de las chicas fue imparable, con algunos tropiezos –uno de ellos con una viga–, que les sirvieron para impulsarse y levantarse con más fuerza, como demostraron a lo lardo de los meses; 4ª posición en el Grand Prix de Thiais, 5ª posición en la Copa del Mundo de Pesaro, bronce en la clasificación general y oro en la final de tres cintas y dos aros en la Copa del Mundo de Sofía, 5ª en el Campeonato de Europa y bronce en la Copa del Mundo de Minsk.
Londres 2012: un sueño cumplido
Con la clasificación en la mano, a estas chicas sólo les quedaba demostrar sobre el tapiz de lo que son capaces, y vaya si lo hicieron. En menos de un año pasaron de ser un conjunto del que se dudaba de su clasificación en los Juegos de Londres, a ser un firme candidato a quedar en las cinco primeras posiciones.
Llegó el esperado día, la final olímpica, y estas gimnastas hicieron sus dos ejercicios sin caídas de aparato, sin salidas de tapiz. Las esperanzas de rozar el podio llegaron cuando las búlgaras fallaron, ya eran con seguridad cuartas. Llegó el turno de las italianas; fallaron. En ese momento subir al podio era posible, con el fallo que habían tenido las italianas, si se les aplicaba la correspondiente penalización, nuestras chicas eran bronce. Pero la esperanza se fue tan rápida como llegó: a pesar del fallo, las italianas subieron al podio.
Injusticias aparte, la lección de superación que nos han brindado estas seis jóvenes gimnastas es digna de tener en cuenta. Han superado todos los retos que se han ido encontrando por el camino, se han levantado caída tras cada caída, han mirado siempre hacia adelante, y siempre con una sonrisa. Superación personal y tenacidad es lo que hará que estas chicas logren cada una de las metas que se propongan a lo largo de su vida, más allá de la gimnasia rítmica.
El futuro
Tras unas merecidas vacaciones, las chicas del conjunto ya están de vuelta en el CAR de Madrid trabajando en los nuevos ejercicios y con la mirada puesta en el Mundial de Kiev que se celebrará del 14 al 24 de septiembre, y del que no tienen intenciones de regresar sin una medalla, ya avisan.
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